MANTENIMIENTO RESPONSABLE DE UN HIDE DE GRANDES RAPACES: NO SIEMPRE UN CAMINO FÁCIL.
A veces muchos clientes de éste tipo de infraestructuras no reparan en el ingente trabajo que hay detrás de su sesión de hide. Ellos llegan, y como por arte de magia, delante de sus ojos aparecen las águilas, los linces o las ginetas. Para que esa “magia” sea posible, primero hay un trabajo previo, a veces de años, y un intenso trabajo de mantenimiento.
Éste trabajo es completamente independiente de factores humanos del tipo jornadas laborables o festivas, pandemias que limiten movilidad (humana), o factores meteorológicos adversos. Es, en definitiva, algo completamente independiente del factor tiempo, ya sea meteorológico o cronológico.
Es precisamente en episodios meteorológicos adversos , del tipo temporales tardíos de nieve en plena época reproductora o lluvias persistentes durante varios dias consecutivos, cuando debemos redoblar esos esfuerzos. Un ecoturismo responsable lleva implícita la responsabilidad de velar por el bienestar de las especies con las que trabaja SIN interferir, o interfiriendo lo menos posible en sus comportamientos naturales.
Somos conscientes de que alguien pueda pensar que ésta actividad ecoturística, por muy cuidadosa, controlada y reglamentada que sea, (que lo es), al menos en el Territorio Histórico de Álava/Araba, si influye en alguna medida en los comportamientos naturales de éstas especies. Negarlo sería faltar a la verdad.
Dicho ésto, cabría preguntar si existe alguna actividad humana que no influya (generalmente de forma negativa) en las poblaciones, comportamientos y densidades de las especies catalogadas, sensibles o vulnerables. Algo tan nimio como un paseo por el campo puede condicionar, sin que el inocente senderista sea consciente, una jornada completa de caza de una de éstas rapaces. De éste modo, un lance de caza (quizá el único que se le presente al águila en toda la jornada), puede ser desbaratado con la simple presencia de dos paseantes.
Lo realmente importante es ser conscientes de que esa interacción no perjudique la actividad diaria de la especie, y si es posible, beneficie su supervivencia, su tasa reproductiva y pueda, a su vez prolongar su longevidad. Ésto puede ser posible por el alimento suplementario ofrecido especialmente en épocas críticas como nevadas tardías o lluvias persistentes, y por el incremento de la vigilancia y control de la especie por parte de las empresas ecoturísticas.
HIDE SAITOKI
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