CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA MAS
Dias tristes, muy tristes en Elai etxea. Hace unos pocos dias, el vástago que con tantas penurias, esfuerzo y dedicación exclusiva ha criado la pareja de águilas reales que nos acompañan en Saitoki desde hace casi una década, se ha electrocutado a poco mas de un kilómetro del nido en el que abrió los ojos.
No sabemos por qué motivo, el pollo de éste año tenía un comportamiento muy diferente al de años anteriores. Era un pollo al que no conocíamos desde que abandonó su plataforma. Tanto es así que yo mismo me puse en contacto con el Guarda de la zona para preguntarle si tenía alguna noticia él. Afortunadamente parecía encontrarse bien, pero continuábamos sin verlo volar con sus progenitores como era habitual otros años.
Lo normal era que de vez en cuando, aunque desde luego no de forma continua ni regular, los pollos acudieran al hide con sus padres. Cuando así sucede son los mismos padres los que “llevan” literalmente arrastras a sus hijos a comer a ese concreto lugar. Esta circunstancia de ver u oír esporádicamente a los juveniles por el valle se suele prolongar aproximadamente hasta finales de octubre. A partir de entonces ya dejan de verse el/los pollos por el territorio de sus padres, y estos últimos comienzan un nuevo ciclo reproductor con sus vertiginosos y zigzageantes picados.
Familia completa. Imagen del 5 de octubre de 2.021
Este año no. Este año era todo diferente. El pollo parecía ser muchísimo mas independiente de sus padres que en años pasados.
Sus padres, afortunadamente para ellos, no suelen posarse en apoyos eléctricos, pero el pollo, equipado con una anilla metálica, otra de PVC y un dispositivo de geolocalización, iba por libre. Cometió el fatal error de posarse en un apoyo eléctrico y es precisamente ahí donde terminó su breve vida.
Algunos, seguramente entre ellos los jefazos del oligopolio eléctrico, dirán mirando al suelo, que esto ha sido un desgraciado accidente.
Juvenil de águila real posándose en un apoyo de alta tensión.(Valencia)
Otros miraremos al cielo clamando justicia porque sabemos que esto pasa continuamente y tiene responsables directos. Los responsables directos de éste terrorismo ecológico viven en despachos de grandes ciudades y visten con corbatas, muchas veces de un brillante color verde, pero tan apretadas que su cerebro no oxigena lo suficiente como para ver que ELLOS también forman parte de lo que llamamos NATURALEZA. Sí, vosotros también sois Naturaleza pero tenéis la enorme desgracia de ignorarlo. Vuestros hipertrofiados egos no os dejan ver más allá de la hilera de números que completan vuestro tan millonario como indecente balance de resultados.
Pero…queréis más. El dinero y el poder, al parecer nunca sacian. Queréis seguir sembrando nuestros montes y campos de macromolinos y líneas de evacuación. Auténticos campos de exterminio para aves y quirópteros. Queréis seguir sembrando nuestros pueblos de muerte.
Quiero pensar que todo tiene un porqué, un sentido último. Quizá la muerte de una joven águila real sea un granito de arena más para poner punto final y desterrar para siempre éste o aquél descabellado proyecto energético hábilmente disfrazado de sostenibilidad y bien común.
Hermano del pollo electrocutado (Año 2.021)
Y estoy pensando en proyectos como el de Cantoblanco, el de Azazeta, el de Aramaio o el de Labraza con sus gigantescos molinos asesinos y sus kilométricas y mortíferas líneas de evacuación.
Pero este pollo asesinado por el oligopolio eléctrico por medio de un apoyo ilegal es un argumento más que se suma a nuestras alegaciones, ruedas de prensa, y a las miles y miles de firmas que claman por otro modelo energético cimentado en el ahorro y la eficiencia y no en la generación apresurada y a cualquier coste. Un argumento mas que promueva la generación descentralizada y bien planificada, y no las macrocentrales eólicas que solo benefician a la mafia oligopolística sin escrúpulos en la que se han convertido las grandes eléctricas.
Hemos de agradecer también a éstas magníficas aves su presencia en nuestros montes porque son un argumento más, y de mucho peso, que hace replantearse a las administraciones la construcción de macroproyectos energéticos que atentan contra nuestro entorno y en última instancia contra el bienestar de las cada vez mas escasas personas que hemos decidido ligar nuestro destino al maltratado medio rural.